Navidad 2020.

Diciembre es el ultimo mes del año donde siempre nos preparamos para recibir la navidad de diferentes formas ya sea junto a nuestras familias, compartiendo con amistades y viajando al lugar que planeamos a mediados del año, pero como podemos observar aún estamos en riesgo de contraer el virus covid-19; el cual se expandió por todos los continentes del mundo, generando muertes y centenares de familiares sin sus seres queridos hoy en día, en estas fechas todos esperamos que la salud de los seres queridos que nos rodean estén bien ya que ese es el tesoro más preciado que podemos cultivar y para cuidarnos es necesario ser consientes que no podemos estar en lugares donde allá aglomeraciones, ni en reuniones donde allá mas de 15 personas, eventos donde no se tengan ningún control con respecto a las normas de bioseguridad, no podemos permitir que la imprudencia de ciertas personas que no sabe tener una conciencia sobre la vida-salud, causen posibles enfermedades- muertes, es bueno que aprendamos a corregirnos desde ya para el otro año poder seguir fuertes, esperando que todo esto pase y quede en la historia. 

El espíritu navideño en mi concepto no solo significa estar alegres por adornar las casas, el edificio o el trabajo con luces navideñas, hacer decoraciones bonitas para que los demás que pasen por el sector y las vean, escuchar música alta, bailar, tomar y comer delicioso, esperar con ansias los regalos pues creo que es una actitud para manifestarnos con regocijo y esperanza que vendrán tiempos mejores si aprovechamos el presente que tenemos con gratitud, haciendo el bien a los demás sin necesidad de vanagloriarlos por ello, es un estilo de vida interior que debemos empezar a tomar porque no sirve de nada pelear, armar conflictos que no generan ningún beneficio ni tampoco alimentan nuestro ser, perdonar y aceptar al hermano como es como es con todo y sus defectos porque no requiere un esfuerzo amar alguien que idealizamos como perfecto; porque en realidad no lo somos y seria un simple espejismo, podemos hacerlos con sus defectos pero sentirnos bien y que nuestra familia también lo sienta es nuestra mayor alegría. 

 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.

(1 Pedro 2:24)